sábado, 4 de enero de 2014

Un fantasma recorre Europa

Este año 2014 es importante para Europa: elecciones europeas en una importante crisis económica, social y política. Elecciones, además, que engendrarán un Parlamento con poderes reforzados, comenzando a subsanar el déficit democrático por el que tanto era criticado Europa.
No obstante, lo que podrían ser otras elecciones de perfil bajo, pueden ser muy interesantes. En España quizás no notemos nada fuera de lo común esta cita electoral (políticos veteranos a Europa, auge de IU y UPyD y la repetición de algún programa de Évole sobre la Unión Europea) pero en países como Francia, Grecia, Eslovenia, Hungría o Gran Bretaña si pueden ser interesantes debido al auge de la ultraderecha, es decir, fascismos, ultranacionalismos y nacionalsocialismos. Por supuesto evitan estas palabras, prefiriendo llamarse tercerposicionistas o patriotas sociales. Hagamos un breve repaso a estos grupúsculos:
Demagogia y negación.
Probablemente, estas sean sus dos armas más potentes: la demagogia, basada en un “Ni de izquierdas ni de derechas” y continuos llamados al sentido común y la negación de su condición de fascistas, para no espantar al votante.
La primera es con la forma con la que más votos han conseguido: mensajes sencillos, cuyo objetivo es evitar el razonamiento. “6.000.000 de parados, 5.700.000 inmigrantes”. Terrible y directo. En cuento se te activa la primera neurona piensas, en efecto, los inmigrantes están copando las plazas de trabajo para los españoles. En cuanto se te activa la segunda neurona piensas si de verdad esos parados estarían dispuestos a trabajar en esos empleos. Sería bastante absurdo pensar que una limpiadora ecuatoriana está quitándole su puesto de trabajo a una recién licenciada en arquitectura. Y en cuanto la tercera bombilla se digna a iluminar nuestra sesera y a alumbrar nuestra maltrecha moral, podríamos entrar en cuestiones éticas. ¿Es lícito quitarle su comercio a un inmigrante chino tras años de trabajo (certifico que en mi barrio hay comercios chinos con más de una década) para dárselo a un español étnico que ha quedado en paro tras la caída del ladrillo? Eso, como todo en el plano moral, es cuestión de cada uno, aunque en el caso del que escribe el artículo el dilema ya está resuelto: no es ético.
También me planteo, ante unos partidos que se declaran abiertamente socialistas y anticapitalistas (aunque por motivos muy diferentes a los del socialismo marxista) si habrán terminado de entender la estructura del capitalismo: el que elige si contratar o no es un empresario, no el trabajador. No entiendo por qué cargar contra el inmigrante, cuando podrían llevar su mensaje contra el empresario que los contrata.
Otra forma de discriminar y propagar la xenofobia, cuando no el racismo, es solicitar ayudas exclusivamente para españoles. Cosa que en principio podría parecer sensato. No obstante, la patria para ellos consiste en una comunidad racial, de la cual emanan costumbres y tradición. Un ecuatoriano nacionalizado seguiría quedando fuera de dichas ayudas sociales.
Pedir ayudas solo para esos nacionales raciales, choca, no obstante, con la fuerte meritocracia de la que pretenden hacer gala: el sindicato de estudiantes Respuesta Estudiantil defiende esta política de fomentar lo autóctono. Podríamos, entonces, encontrarnos con la paradoja de que un español de pura cepa adquiera una beca con notas más bajas a las de un ecuatoriano.
Son también normales las acusaciones de que la inmigración fomenta la delincuencia, a pesar de que, frente a los 6.000.000 de inmigrantes solo haya unos 22.000 en la cárcel. Entre 2010 y 2013, la población reclusa extranjera sufrió un descenso de un 16´5 %.
Aun así, muchos partidos afirman no estar en contra del inmigrante al cual dicen respetar, sino del fenómeno de la inmigración impuesto por el capitalismo sionista. Eliminas cualquier posibilidad de integración social, lo criminalizas y lo tildas de parásito. Curiosa forma de respeto.
La negación, y la ocultación, es la segunda forma de actuar de estos grupos. Patriotas sociales, socialistas nacionales, Democracia nacional, Alternativa española, España 2000,  Movimiento Social Republicano, Repuesta Estudiantil. Nombres neutros e irreprochables sin una reflexión previa. Si los comparamos con sus homólogos de la extrema izquierda, siempre dejando bien claro que son comunistas, trotkistas, anarquistas, etc parece ser que el maquillaje aquí funciona mejor. Pero por sus actos los conocerás.
Homenajes a Ramiro Ledesma, negación del Holocausto, lavados de cara de los regímenes nazi y fascista (con la estrategia de descontextualizar frases de Hitler, Mussolini o Ramiro Ledesma en cartelitos muy emotivos), relaciones con Amanecer Dorado y apoyo al baazismo (y a la dictadura de Al Asad. Esto último, especialidad del MSR). También en frecuente la multimilitancia, para simular que son más abundantes de lo que en realidad son. Generalmente, si observamos a los seguidores de estos partidos en Twitter, se aprecia la cantidad de AE, 88 y cruces célticas y otros símbolos ultraderechistas que portan en su avatar.
Copiarle el mensaje a la izquierda y ser sociales.
Copiarle el mensaje y los modos a las izquierdas va implícito a negar que son fascistas. En cierta cuenta de a popular red Ask.fm una persona que se reconoce como nacionalsocialista defiende “no queda más remedio q hacer un lavado de imagen, poner énfasis en lo social, moverse (…) Es puro marketing, pero o seguimos esas estrategias o estamos condenados a no conseguir absolutamente nada”.
Así que para parte de la ultraderecha se acabó alzar la mano y gritar consignas. Comienzan a asistir a manifestaciones por la sanidad o la educación pública; abandonan el autoritarismo y el tono de arenga y usan otro más desenfadado y potencian el mensaje social y ecológico (que lo tenía) del fascismo y el nazismo, junto con gran demagogia contra la casta política y bancaria. Como si fuese un grupúsculo del 15-M pero con rojigualdas.
Además, comparten con la izquierda puntos como la nacionalización de sectores estratégicos o su anti-europeísmo (el de la UE, defendiendo lo que ellos llaman Europa de las naciones)
También comienzan una tímida labor social, solo para españoles arios, por supuesto. Dar alimentos solo para españoles, perseguir pederastas con el infame proyecto pilla-pilla… algo muy común a lo que ocurre en Europa, donde Amenecer Dorado da comida y sangre solo para auténticos griegos, o las patrullas anti-gitanas en algunos países de Centroeuropa.
Esta labor es la más difícil de deslegitimar. No obstante, creo que una cosa es la política y otra una ONG. Cruzar esta línea significa caer en el caciquismo, pues coacciona el voto creando una red clientelar de dependientes, aunque más cutre que las redes clientes subvencionadas que hay en España.
El victimismo es el cuarto pilar favorito de estos grupos. Más que un pilar, refuerza los otros mensajes: la izquierda nos echa de las manifestaciones porque son unos intolerantes, la izquierda nos critica por ayudar a nuestro pueblo, la policía nos detiene por llevar banderas de nuestro país… es un gimoteo constante. Tampoco ayuda que colectivos de izquierda usen la violencia contra ellos: eso incluso les da visos de legitimidad. El siguiente nivel del victimismo es situar a la Patria como objetivo de todos los males que la asolan, siempre por agentes extranjeros: judíos sionistas, capitalistas judíos, inmigrantes, marxistas judíos, inmigrantes judíos, Israel, los EEUU sionistas, la UE sionista, el Islam…
Una aproximación teórica.
Los nuevos fascistas no se nutren solo de odio y masas desesperanzadas, sino que también sacan pecho ante un escuálido cuerpo teórico. No son los capitalistas con Adam Smith, Ricardo, Keynes, Hayek, Friedman ni los marxistas o anarquistas con el propio Marx, Engels, Bakunin, Kropotkin, Sartre o Rosa Luxemburgo, pero tienen gente de la que extraer sus teorías: el propio Hitler con su Mein Kampf, Ramiro Ledesma (fundador de las JONS), José Antonio Primo de Rivera (fundador de la Falange) Julius Évola (quería volver a la sociedad de castas del Antiguo Régimen) Mussolini, Ramón Bau etc.
Generalmente, son chovinistas, totalitarios y racistas. La democracia liberal solo ha traído caos a Europa, pues la patria no es cuestión de mayorías, así que la democracia se hace en comunicación del líder con la masa (Acclamatio de Schmitt), proteccionistas en lo económico, rozando la autarquía (una patria ariscamente independiente, como diría Ramiro Ledesma en Discurso a las juventudes de España) e interclasistas (Estado corporativo), metafísicos y antimaterialistas. Todo aliñado con dosis de antisemitismo que llegan a la paranoia (véase el Plan Kalergi)
En la década de 1930 sería injusto meter en el mismo saco a fascistas, nacionalsocialistas y nacionalsindicalistas. Así, el fascismo italiano jamás tuvo la concepción racial de los nazis, desarrollándose solo en los años finales, poco antes de la guerra, y es muy difícil encajar a Évola, cuyo discurso radicalmente tradicionalista tenía poco futuro en ideologías que pretendían disputarse a las masas obreras de los años 30. Hoy día las líneas entre estas ideologías también se difuminan. Quizás también la ultraderecha sufra el postmodernismo.
Situación actual.
El Frente Nacional de Marine Le Pen (chovinista y anti-inmigrantes, que trata de presentarse como una opción moderada), el Partido por la Libertad de Wilders (anti-Islam y pro Israel) y Amanecer Dorado son los principales partidos ultras a los que se enfrenta Europa o estos momentos, sin subestimar a UKIP o a Jobbik.
La limpieza de cara les ha salido bien: Amanecer Dorado y el Frente Nacional son la tercera fuerza política en sus países, mientras que Jobbik y el Partido por la Libertad de Wilders cuentan con representación en sus parlamentos (y Jobbik en el Europarlamento). Esto ha llevado a los partidos tradicionales a adoptar su discurso, aunque de forma más moderada: Cameron comienza a perseguir inmigrantes en Reino Unido y Hollande expulsa gitanos. Se está poniendo en peligro el proyecto de integración europeo: Reino Unido y Alemania buscan poner freno a la llegada de trabajadores rumanos y búlgaros ahora que ya se encuentran en el espacio Schengen.
En Grecia la violencia aumenta a pasos agigantados. Al asesinato de un rapero de izquierdas le siguió la muerte a tiros de dos militantes de Amanecer Dorado, así como el asalto a periódicos afines al grupo neonazi y la violencia contra los inmigrantes de estos. La fiscalía ha detenido a la cúpula del partido, aunque esto no parece sembrar la desconfianza de sus votantes. Las elecciones a la alcaldía de Atenas son un importante reto para la democracia griega y para los propios ultraderechistas.
A largo plazo, no creo que estos grupos tenga un futuro garantizado, y menos en la Unión Europea. A pesar de tener europarlamentarios, estos no van a obtener una mayoría importante estas elecciones, y en las elecciones de 2019 la crisis debería haber pasado.
Son grupos muy dispares (desde el cuasinazismo de Amanecer Dorado a las políticas pro israelíes de Wilders) cuyo voto se basa en la desesperación de las clases humildes que ven peligrar los servicios sociales y ven en el mensaje anti-inmigración y antipolítico una forma fácil de salir de la crisis.
En España la posibilidad es muy remota. Aparte de algún pequeño pueblo y concejalías, la ultraderecha carece de poder. Eso no significa que deba subestimársela: ante el auge nacionalista en Europa, se están moviendo más. No obstante, son grupos muy dispersos y con poca capacidad de concentración. Para reunir a 150 personas en Sevilla (300 según la organización) Respuesta Estudiantil tuvo que hacer un llamamiento al resto de delegaciones nacionales. Además, aún existe un sector franquista y casposo (como La España en Marcha) los cuales no dudan en mostrar banderas franquistas, esvásticas e ir con estética skin.
Si creo que en España deben romperse los tópicos sobre los fascistas: a diferencia de lo que aparece en Diario de un skin o lo que puede verse en los estadios, los fascistas pueden ir bien vestidos, no ir rapados y abstenerse de usar símbolos como la esvástica o el Águila de San Juan. Son señoras y señores bien arreglados que tratarán de parecer moderados y lógicos ante los trabajadores abandonados por los partidos tradicionales, demasiado ocupados por el BCE y sus corruptelas internas. Estos son, probablemente, el mayor reto ante el que nos enfrentamos.







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